Tanto la marihuana cómo el cáñamo son dos clasificaciones que provienen de una única especie vegetal, la “Cannabis Sativa”. 

El cannabis contiene más de cien tipos diferentes de fitocannabinoides; la principal diferencia radica en que la marihuana se caracteriza por un alto contenido en tetrahidrocannabinol (THC), lo qué le confiere la condición de ilegalidad en muchos países, y el cáñamo por un alto contenido en cannabidiol (CBD), y una ínfima concentración de THC (menos del 0,2%), por eso su cultivo es legal en casi todo el mundo.

El descubrimiento del sistema endocannabinoide ha mejorado significativamente la comprensión de la salud y la enfermedad, pues tiene implicaciones importantes para casi todas las áreas de la ciencia médica y ayuda a explicar cómo y por qué el CBD y el THC son compuestos tan versátiles, y por qué el cannabis es una planta que altera ampliamente el estado de ánimo.

El sistema endocannabinoide desempeña un papel crucial en la regulación de una amplia gama de procesos fisiológicos que afectan nuestra experiencia diaria: nuestro estado de ánimo, nuestro nivel de energía, la fortaleza intestinal, la actividad inmunológica, presión arterial, densidad ósea, metabolismo de la glucosa, cómo experimentamos el dolor, el estrés y el hambre, etc.

Por eso, cuando el sistema endocannabinoide no funciona correctamente nos sentimos enfermas o débiles. Se ha demostrado que el sistema endocannabinoide está desregulado en casi todas las condiciones patológicas. Por lo tanto, científicos y médicos de todo el mundo, estudian los compuestos del cannabis para tratar de modular la actividad del sistema endocannabinoide, ya que podría tener un potencial terapéutico en casi todas las enfermedades que afectan a los humanos.

Puedes ampliar tus conocimientos sobre cómo funciona el CBD aquí: projectcbd.org/es/como-funciona-el-cbd

•  Enfermedades autoinmunes (inflamación, artritis reumatoide)
• Afecciones neurológicas (Alzheimer, demencia, Parkinson, esclerosis múltiple, epilepsia, corea de Huntington, derrame cerebral, lesión cerebral traumática)
• Síndrome metabólico (diabetes, obesidad)
•  Enfermedad neuropsiquiátrica (autismo, TDAH, trastorno de estrés postraumático, alcoholismo, drogodependencias)
• Trastornos del sistema digestivo (colitis, enfermedad de Crohn)
• Disfunción cardiovascular (aterosclerosis, arritmia)
•  Enfermedades de la piel (acné, dermatitis, psoriasis)

El aceite de CBD tiene una amplia gama de propiedades terapéuticas, por lo que se ha promocionado como un curativo para los enfermos y un preventivo para la salud, tanto para mascotas como para personas de todas las edades.

Como acabamos de ver, es un paliativo de uso múltiple, como analgésico, antiinflamatorio, anticonvulsivante, antioxidante, neuro protector, antiemético (impide la náusea y el vómito, ansiolítico, antipsicótico, inmuno-modulador, y reductor de la ansiedad asociada al consumo de alcohol, tabaco y otras sustancias tóxicas.

Por lo qué el aceite de CBD puede ser empleado como coadyuvante de diversos tratamientos y/o como suplemento alimenticio. Sin embargo, como explicaremos a continuación, en el marco legal de la UE todavía no está contemplado como nuevo alimento, por lo que no se permite su ingesta.

1. Energizante. El cuerpo tiene cannabinoides naturales y estos influyen en aspectos cerebrales e inmunológicos como el estado de ánimo, las emociones, el alivio del dolor, el apetito y otros. Asimismo, ayudan a mantener el equilibrio energético natural del organismo. El aceite de CBD actúa sobre los receptores de cannabinoides y ayudan a recuperar el equilibrio energético natural cuando este se ha perdido. Eso ocurre por estrés, sueño inadecuado, dieta desbalanceada, exceso de trabajo, etc. El cannabidiol contribuye a restaurar la energía.
2. Trastornos neurodegenerativos. El aceite de CBD ayuda a equilibrar el sistema nervioso y, por eso, se recomienda como coadyuvante en el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Parkinson, la esclerosis e, incluso, la enfermedad de Alzhéimer. De hecho, un estudio publicado en la revista Pharmacology Research demostró que el cannabidiol disminuye el daño cerebral asociado a patologías isquémicas y degenerativas. Además, la sustancia aumenta la transmisión de los impulsos nerviosos y facilita la creación de nuevas neuronas. Todas las enfermedades mencionadas anteriormente debilitan las habilidades cognitivas e inclinan a la depresión. El cannabidiol también actuaría como antidepresivo y disminuiría la agitación y la agresión, dos síntomas muy comunes en ese tipo de trastornos.
3. Para la ansiedad y el insomnio. El aceite de CBD está indicado para los casos de ansiedad grave. Estos incluyen ataques de pánico, trastorno obsesivo-compulsivo e, incluso, síntomas de estrés postraumático. También ayudaría en problemas menos graves como la ansiedad social o el nerviosismo. Asimismo, contribuiría a reducir el insomnio. Múltiples estudios demuestran la utilidad del cannabidiol en el tratamiento de los diferentes trastornos de ansiedad. Sin embargo, un estudio de la revista Neurotherapeutics establece que todos estos efectos se observan cuando se administra de forma aguda. En este sentido, son necesarios más estudios que evalúen el uso crónico de esta sustancia.
4. Regulador de la glucosa. El aceite de CBD ayuda a mantener más equilibrados los niveles de insulina, por lo que reduciría el riesgo de desarrollar diabetes, una grave enfermedad en la que el cuerpo es incapaz de utilizar la glucosa, y ayudaría a aliviar la neuropatía diabética en quienes ya padecen esta enfermedad, asociada a los fuertes dolores neuropáticos. No obstante, debemos tener en cuenta que los datos disponibles por el momento no son concluyentes.
5. Salud cardiovascular. Hay evidencia limitada de que el aceite de CBD ayudaría a prevenir y reducir los problemas cardiovasculares. En general, ofrecería beneficios para el funcionamiento del sistema circulatorio y afecciones cardiacas. Por otra parte, contribuiría a reducir la presión elevada. El CBD es capaz de disminuir el daño y la disfunción de órganos en diversas enfermedades cardiovasculares como las lesiones por isquemia según diversos estudios. Además, posee propiedades hipotensoras en situaciones de estrés, sin afectar las cifras tensionales en condiciones normales. Muchos problemas cardiovasculares tienen su origen en el estrés y la ansiedad. En tanto el cannabidiol ayudaría a reducir ambos, también se convertiría en una sustancia que prevendría el desarrollo de esas enfermedades.
6. Infecciones bacterianas. Un estudio reciente publicado en la revista Communications Biology demostró que el cannabidiol tiene propiedades antibacterianas contra microorganismos gram positivos. El estudio citado demostró que el compuesto es eficaz contra bacterias resistentes como Staphylococcus aureus y Streptococcus pneumoniae. Los expertos creen que el cannabidiol tiene la capacidad de alterar la membrana celular de las bacterias, induciendo así la muerte del microorganismo. La efectividad tópica in vivo de la sustancia quedó demostrada en el estudio y se establece que tiene poca capacidad de generar resistencia.
7. Dolor e inflamación. El aceite de CBD se une a los receptores endocannabinoides y esto contribuye en la regulación de funciones como el sueño, el apetito y el dolor. De esta manera, disminuiría la severidad de los dolores y, además, reduciría la inflamación. Por lo anterior, este producto se emplea en el alivio de problemas como la inflamación crónica, la artritis reumatoide, la espasticidad muscular y los dolores y las hinchazones en general. También ayudaría a recuperarse más rápido de las lesiones. Además del alivio de la inflamación crónica, un estudio publicado en FASEB Journal demostró que esta sustancia también tiene propiedades antifibróticas. Se cree que el efecto antifibrótico del cannabidiol se debe a la eliminación de radicales libres, así como a la modulación del sistema inmunológico
8. Otros. El aceite de CBD es utilizado para aliviar algunos síntomas de diferentes enfermedades, entre ellas: epilepsia, dependencias químicas, trastorno del espectro autista, psicosis, enfermedades inflamatorias crónicas, tumores, efectos de la quimioterapia, etc.

El escualeno es una molécula que tiene la capacidad de suministrar oxígeno a las células, nutrirlas y protegerlas. En Occidente conocemos este hidrocarburo poliinsaturado por su utilización en la industria cosmética, pero su uso se remonta siglos atrás en la Medicina Oriental. (ampliaremos información al respecto próximamente en nuestro blog)

La capacidad antioxidante del escualeno (principalmente en la parte interna de la membrana celular) protege a las células de los radicales libres, paliando los efectos dañinos de la edad y actuando como lubricante y reconstituyente del tejido adiposo.

Esta molécula se encuentra en los tejidos del organismo humano, principalmente en la piel, en diferentes proporciones dependiendo de la edad, ya que las concentraciones de escualeno en el cuerpo se van reduciendo especialmente a partir de los 25 años, edad en la que se recomienda iniciar su consumo.

1. Sistema inmunológico. El escualeno tiene propiedades contra virus, bacterias y hongos, y aumenta la eficacia de nuestras defensas. Esto explica también el poder de las defensas de los tiburones y el completo desarrollo del sistema inmunológico en los bebés.


2. Abastecimiento de oxígeno. El escualeno potencia el suministro de oxígeno a las células, previniendo de múltiples enfermedades derivadas de la degeneración o mutación celular. Además de generar oxígeno, lo distribuye hacia los lugares más remotos del organismo.


3. Enfermedades cancerosas. Hay estudios que demuestran no sólo el efecto preventivo del escualeno en determinados tipos de cáncer sino también su acción protectora de las células sanas, en casos de enfermos en tratamiento oncológico. También se ha demostrado que aumenta la eficacia de varios fármacos para dañar las células neoplásticas.


4. Colesterol y sistema cardiovascular. El escualeno regula el colesterol en la sangre, elevando los niveles de colesterol bueno (HDL) y reduciendo los de colesterol malo (LDL). Reduce así las probabilidades de padecer enfermedades cardiovasculares (trombos, coágulos sanguíneos, infartos y arritmias cardíacas…)


5. Diabetes. El escualeno proporciona una piel con mejor inmunidad y menor exposición a infecciones, así como a una mejora de la microcirculación sanguínea. También reduce los componentes inflamatorios y acelera la cicatrización de heridas o úlceras ya existentes, ayudando al diabético a controlar mejor su glicemia.


6. Imposibilidad de rechazo. El escualeno es una molécula que ya forma parte de nuestros tejidos, por lo que carece de efecto tóxico alguno y evita cualquier tipo de rechazo. Como vemos el escualeno puede ayudarnos a mantener un buen estado de salud.